Programa detallado
Hora de comienzo: próximamente -10h de la mañana
Lugar de salida: Plaza de Santa Maria de Trasierra, Córdoba.
Nuestra senda discurre por las cercanías de Santa María de Trassierra, situada en pleno corazón de la serranía cordobesa. Vestigios de historia representados por restos de construcciones humanas, se mezclan con un imponente alcornocal que acompañado por un espeso y bien preservado matorral mediterráneo rebosante de belleza y biodiversidad, nos dan paso a una zona adehesada donde la mano del hombre se deja sentir en forma de explotaciones agrícolas y ganaderas.
Así como la enorme pluralidad micológica representada por numerosas especies de setas que pueden encontrarse en esta temporada otoñal, el bosque de castaños nos hace adentrarnos en la magia que solo joyas como estas, por fortuna rebosantes en nuestra sierra nos hace sentir, y que nos distancian solo por una jornada de las prisas al día, haciendo de nuestro recorrido una cita imprescindible a la que asistir.
Los bosques de castaños no se prodigan en nuestras latitudes. Son, al contrario, inusuales piezas del paisaje de estas viejas serranías, en las abundan otro género de plantas mejor listas para la aridez. Este camino es una propuesta para adentrarnos en uno de estos bosques, y de conocer la naturaleza que guarda dentro de sí, y la que le circunda por sus caras.
Es asimismo una ocasión para caminar por una de las capitales de Sierra Morena, Constantina, y ver de cerca su conjunto monumental.
Los castañares de la Sierra Morena sevillana y los de la onubense son muy diferentes. Estos lo forman árboles de edad y porte, apartados unos de otro y dedicados a la producción de castañas.
Los de Constantina y Cazalla son masas cerradas, no muy extensas, de ejemplares jóvenes, puesto que se talaban en turnos de unos quince o veinte años para la obtención
de vigas de construcción, duelas de toneles y barriles, o bien vallas para el ganado, o bien en periodos menores de corta para sacar encallas para la recogida de la aceituna.
Usos, todos , que han decaído, en perjuicio del empleo y beneficio de estos singulares bosquetes. Estos castañares ocupan umbrías sobre los seiscientos metros de altitud y con precipitaciones parcialmente altas. Probablemente, eran dominio precedente de rebollares (Quercus pyrenaica). Cuentan con un rico cortejo vegetal, del que forman parte quejigos, alcornoques, rebollos o bien madroños. En todas y cada una de las estaciones, con tan diferente apariencia, los castañares resaltan entre dehesas, matorrales o bien olivares, con su color verde intenso en primavera, que cambia a tonos amarillentos en otoño, para mostrarse desnudo en invierno
Junto con la gran variedad micológica representada por numerosas especies de setas que pueden encontrarse en esta época otoñal, el bosque de castaños nos hace adentrarnos en la magia que solo joyas como estas, por suerte abundantes en nuestra sierra nos hace sentir, y que nos alejan tan solo por una jornada de las prisas diarias, haciendo de nuestro recorrido una cita indispensable a la que acudir.
En la Edad Media fue un camino de uso ganadero, por lo que se transformó en la vía pecuaria “Vereda del Pretorio”. El nombre de Cuesta de la Traición se debe a los frecuentes asaltos que los bandoleros cometían sobre los transeúntes.